Портал «Наша среда» продолжает публикацию статей, посвящённых 100-летию Геноцида армян, ранее опубликованных в испаноязычной прессе. Благодарим Артура Гукасяна за предоставленные материалы.
«24 апреля текущего года исполняется столетие холокоста армянского народа. Именно в этот день 1915 года было положено начало геноциду, когда со стороны турецкого правительства были арестованы 235 членов армянской общины. Данный процесс затянулся уже на последующие дни, месяцы и годы, распространившись на все населенные пункты предков армян, с сопровождением арестов, всякого рода притеснений, мученической смертью мужчин, женщин и детей, принадлежавших этой нации. И несмотря на то, что еще в предыдущем до указанных событий веке были уже зарегистрированы случаи резни армянских граждан, именно вышеуказанная дата послужила отправной точкой для систематичного уничтожения, во время которого, согласно данным, было убито около двух миллионов людей, конфисковано и разграблено имущество армян, стерты с лица земли города и села, несущие в себе насчитывающей тысячелетиями следы армянской цивилизации и культуры» — пишет в своей статье Хорхе Рубиани, парагвайский историк-хронист, архитектор и писатель.
Un Genocidio que se perpetúa con la indiferencia
El próximo 24 de abril, se cumplirán 100 años del inicio del holocausto armenio. En esa misma fecha del año 1915, el gobierno turco detenía en Estambul a 235 miembros de dicha comunidad. El procedimiento se extendería en los días, meses y años siguientes hacia territorios de ancestral residencia armenia, con el arresto, persecución y martirio de hombres, mujeres y niños de esa nación. Aunque en el siglo anterior se habían registrado matanzas similares de armenios civiles en manos de los turcos, fue a partir de la fecha mencionada cuando se inició el sistemático operativo de exterminio en el que -se calcula- perecieron cerca de dos millones de personas tras la confiscación y robo de sus bienes, la destrucción de sus solares y la devastación de ciudades y pueblos que albergaban milenios de civilización y cultura armenias.
Las distintas crónicas que describen la barbarie otomana difieren en el inventario de hostilidades o en el recuento del número de víctimas; pero todas concuerdan en los detalles del bárbaro episodio que obligó la diáspora del pueblo armenio sobreviviente:
» … Se suceden escenas desgarradoras, las casas son incendiadas con sus ocupantes dentro, las mujeres violadas y mutiladas, los niños arrojados a los ríos. En las provincias de oriente, el exterminio es masivo y gran parte de los sobrevivientes perderán sus vidas por causa del hambre y el agotamiento en las forzadas marchas hacia el exilio. Un elevadísimo número de niños estimado en cerca de 100.000 son arrancados de sus familias y entregados a turcos y kurdos para ser educados bajo otras creencias y aprendiendo una lengua diferente».
Es difícil contener un fenómeno semejante dentro de un frío análisis académico. O de explicarlo mediante asépticas consideraciones ideológicas. Porque el monstruoso crimen contenido en un vocablo recién desde 1939, y a partir de entonces conocido como GENOCIDIO, nos enfrenta a un defecto congénito de la raza humana: la violencia asesina hacia los diferentes, a los que pretenden el mismo territorio o hacia los opuestos en creencias y cultura. Nos revela la brutalidad de los que no saben, de los que no pueden ni quieren convivir en la incómoda diversidad. En la aceptación de que somos diferentes por origen y formación; o porque cada etnia o grupo nacional percibe -desde su lugar y su tiempo- un mundo de distintas sonoridades.
Pero lamentablemente, los pueblos suelen manifestar los mismos defectos que sus componentes individuales, haciendo que un colectivo obnubilado por credos, dogmas o simple revanchismo, estalle en manifestaciones de increíble violencia hacia sus iguales.
Esas fueron las pautas que caracterizaron la conducta humana en los comienzos de la existencia sin que las víctimas tuvieran otras posibilidades que sufrir la dominación o resistir al invasor esperando la oportunidad de la venganza. No es menos cierto que en la historia de la conformación de los estados nacionales, durante las guerras independentistas o en los enfrentamientos armados que permitieron los procesos de colonización o el dominio de un estado por otro, en demasiadas veces han tenido lugar las llamadas «guerras a muerte». En las que un acuerdo no escrito determinaba el fin del conflicto armado con vencedores y degollados. Situación en la que los vencidos eran simplemente masacrados, sus bienes robados y sus mujeres e hijos raptados para «beneficio» de la horda victoriosa que quedaba dueña de un campo de batalla.
Ese fue el largo y sangriento camino de la humanidad. Conviene recordarlo. Por lo que sorprende que en los albores del siglo XXI y suficientemente asumida dicha experiencia, el silencio o la indiferencia del mundo siga apagando el clamor del pueblo armenio. Tal vez se debe el hecho a que el generalizado pecado de la violencia, haga olvidar a algunas naciones sus traumas de nacimiento o de historia. Tal vez fuera la sinrazón de los que orgullosamente integran Comisiones de Paz, de Derechos Humanos o de Seguridad en los foros internacionales. Pero más sorprendente aun es que demasiados Estados Democráticos ignoren todavía que las injusticias y la violencia de ayer, se reiteran hoy en un mundo embelesado por la estadística de las balanzas comerciales olvidando que poco y nada se ha instrumentado para aislar -mucho menos castigar- a los que alimentan los vicios mencionados. Gérmenes de un mismo mal que junto a la indiferencia y la complicidad de tantos, pueden llegar hasta a amenazar -tal vez definitivamente- el espíritu de la convivencia en el planeta.
Porque los genocidas excusan desde luego, sus crímenes. Se prodigan con argumentos para el intento de justificarlos. Para diluir sus culpas con una maraña de descalificaciones denigrantes hacia quienes fueron sus víctimas. Terminando por adjudicarles los errores por haber «estado ahí», por haberse puesto «en el camino» de sus agresores. Por «haberlos provocado». Estas muestras de insolencia parecen no incomodar a los pueblos que se llaman civilizados; a los que manifiestan sus desvelos por el futuro de la humanidad. A los que, constantemente, abogan por la paz del mundo.
Es el eterno fenómeno de la «banalización del mal» que alienta su propagación. La elástica retórica que lo justifica frente a las enormes dificultades para destacar el bien u obtener justicia. No ya siquiera solidaridad o reconocimiento. Mucho menos, condenas o castigos a los estados o grupos victimarios …
A cien años de su martirio, con la misma esperanza y el mismo dolor, el pueblo armenio espera….
Jorge Rubiani
Jorge Rubiani Arquitecto y cronista. Ex consultor de las oficinas de UNESCO y NACIONES UNIDAS en Paraguay. Fue Director del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes; ocupó la presidencia de la Junta Municipal de Asunción y estuvo como Director en varios organismos de la Intendencia de la Capital.
Es autor de 15 libros además de artículos y monografías sobre la historia de Asunción y el Paraguay. Dictó conferencias sobre estos y otros temas en Europa, Estados Unidos, América Latina y un gran número de ciudades del Paraguay. Durante 12 años, condujo un programa de radio, de carácter histórico/cultural. Ha creado y presentado un programa de TV, “Historias del Camino” y fue asesor en filmes y documentales sobre la historia del Paraguay. Actualmente dirige el programa radial «Historia adentro».
Entre varios galardones, ostenta la condecoración «Orden de Mayo», otorgada por el Gobierno Argentino en 2005; y «Lucano Insigne 2013», concedido por el Consiglio Regionale de la Basilicata, Italia.
Trabajos publicados:
«Asunción de los Recuerdos» en co autoría con Hipólito Sánchez Quell. 1984.
«Paraguaype», 1998.
«Postales de la Asunción de Antaño» — Dos volúmenes Setiembre, 1999
“Historia del Paraguay». Fascículos de colección. Dos tomos, con otros autores. Marzo, 2000.
“La guerra de la Triple Alianza». Fascículos de colección. Marzo, 2001.
“Los italianos en el Paraguay». Mayo, 2002.
“Historias Secretas del Paraguay». Tres tomos, 2014.
«El Fuerte de San Carlos del Río Apa». En coautoría, 2002.
«Verdades y mentiras sobre la guerra de la Triple Alianza». 2007.
«Cuadernos del Bicentenario». Cuatro volúmenes. 2008.
«PARAGUAY — 200 años de historia en imágenes». 2011.
«Silbando en la oscuridad», 2014.
«Repiques y redobles», 2014.
Varios libros sobre biografías, monografías y artículos, entre 1990 a la fecha.
Источник: http://genocidoarmenio.blogspot.com.es/2015/02/un-genocidio-que-se-perpetua-con-la.html