ГЕНОЦИД АРМЯН
«Наша среда» продолжает публикацию статей, посвящённых 100-летию Геноцида армян, ранее опубликованных в испаноязычной прессе. Благодарим Артура Гукасяна за предоставленные материалы.
Предыдущие статьи:
- Испаноязычная пресса публикует материалы, посвящённые 100-летию Геноцида армян
- Cien años del genocidio armenio (Gonzalo Perera)
- Ardarutiun (Andrés Valencia)
- Al filo de la muerte (Jean Meyer)
- Carta abierta al Secretario General de la ONU sobre el Centenario del Genocidio Armenio (G.H.Guarch)
- Alepo, 100 años después (Mariano Saravia)
- De mi Raíz a la de los Armenios todos (Víctor Hugo Arévalo Jordán)
В материале Артура Гукасяна рассказывается о том, что известный французский кинорежиссер армянского происхождения Робер Кетикян снимает новый фильм о Геноциде армян. Приводится интервью с талантливым испанским писателем-публицистом, гуманистом и интеллигентом Хосе Антонио Гурриарана. В ходе беседы автор книг «Бомба» и «Армяне: забытый геноцид» подчеркнул: «Для процесса признания Геноцида очень важно сплочение армянского народа и симпатизирующих ему, и это станет еще более важным в 2015 году, когда будет отмечаться 100-летие Геноцида. Нет сомнения, что в этом вопросе не менее важную роль сыграет фильм Кетикяна».
El cine contará el genocidio armenio
Arthur Ghukasian
En Armenia y en más de cincuenta países de los cinco continentes en los que viven influyentes colectividades de armenios, descendientes del exterminio y expulsión decretados por el gobierno de Turquía en 1915, se están movilizando infinidad de instituciones de cara al próximo año en el que se conmemora el Centenario del Genocidio. Actos culturales, libros, tribunas de opinión, exposiciones, congresos, páginas web. documentales, videos grabados en las últimas décadas con el testimonio de supervivientes de las masacres… El mundo del cine anuncia varios rodajes con esta temática y el prestigioso director armenio-francés Robert Guediguian, autor de una veintena de películas, y su productora parisina Agat Films han sido los primeros en tomar la salida y ya en primavera comenzaron a rodar en Armenia y después en Líbano una película que se estrenará el próximo año y tendrá también como escenarios otros lugares con colectividades armenias numerosas o en las que hubo actividad del ASALA (Ejército Secreto para la Liberación de Armenia) un grupo armado que surgió en los años 80 con la tercera generación de armenios nacidos en las diáspora.
En abril el cineasta comenzó a rodar en Armenia esta película sobre el genocidio. Se titula “Histoire de fou” y está libremente inspirada en la vida y obra de José Antonio Gurriarán, el periodista y escritor español que, en diciembre de 1980, fue gravemente herido en Madrid por una bomba colocada en unas líneas aéreas por el ASALA y, lejos de mantener una actitud de denuncia o de odio hacia los que le habían malherido intentó conocer los porqués de sus actos: los buscó por medio mundo, los localizó en Líbano, conversó con ellos y sus jefes Alec Yenicomchyan y Monte Melkonian, les habló de los daños inútiles producidos a lo largo de la historia por grupos terroristas y les pidió que abandonaran las armas y se pasaran al bando del pacifismo, en su criterio “una bomba mucho más eficaz y potente que la Goma2.”
Gurriarán relató esté encuentro en el libro “La Bomba”, publicado en 1982 por Editorial Planeta, de Barcelona, en el que cuenta sus encuentros en Líbano con los autores del atentado y describe el genocidio armenio llevado a cabo por Turquía y su negación por los gobierno de Ankara como causa primera de este y de otros grupos armados que en aquella década llevaron a cabo acciones violentas, en su mayor parte contra intereses turcos. Veinticinco años después el periodista publicó en la editorial Plaza Janés “Armenios, el genocidio olvidado”, resultado de un viaje por Armenia y su historia, acompañado por diez armenios de diferentes países con raíces en las masacres de 1915.
Los tres millones de armenios que viven en Armenia y los más de ocho millones de la diáspora, se movilizan aceleradamente en la medida en que nos aproximamos al año 2015, en cuyo 24 de abril se cumple el Centenario del inició del genocidio planificado por el gobierno de los Jóvenes Turcos para exterminar, expulsar y expropiar a los armenios de los territorios del imperio otomano en los que vivían, tenían su propio idioma, religión, cultura, centros cívicos y monumentos desde mucho antes de la llegada a ellos de las tribus turcomanas a partir del siglo XIII.
Organizaciones jurídicas, asociaciones armenias de todas las tendencias, procedencias y edades, trabajan activamente para que el Centenario del Genocidio sea la gran oportunidad para lograr que todo el mundo conozca y reconozca el primer genocidio del siglo XX, que exterminó a millón y medio de armenios y expulsó al desierto y a la diáspora a cientos de miles. Un genocidio que sirvió de modelo a Hitler para llevar a cabo el holocausto y sacrificio del pueblo judío y que testificaron las delegaciones diplomáticas de las naciones acreditadas ante la Sublime Puerta y los historiadores más prestigiosos, desde Arnold Toymbée al turco Ackam. Un genocidio que minimizan, ocultan o niegan obsesivamente todos los gobiernos de Ankara desde hace cien años.
El poder económico y comercial de Turquía y la situación geoestratégica de sus bases militares, unido a su empeño en ocultar el genocidio, lograron detener el reconocimiento oficial de muchos países y líderes políticos que se habían comprometido a hacerlo. Aún así cada día son más las naciones que se suman a Argentina, Uruguay, Francia y a otras que figuraron siempre en primera línea en la defensa de la verdad histórica.
En los últimos tiempos se han producido acontecimientos que, cada vez en mayor grado, favorecen la posición de la causa armenia y dejan en mal lugar los esfuerzos negacionistas de Turquía. En primer lugar las valientes declaraciones del Papa Francisco, en su encuentro con el Catolicos Karekin II –el máximo líder espiritual de la Iglesia Apostólica Armenia-calificándolo como el primer genocidio del siglo xx. En segundo lugar, la ley impulsada por el gobierno de Sarkozy, que ahora parece estar dispuesto a apoyar François Hollande, que castigaría con penas de prisión a los que nieguen las matanzas. En igual relieve podría situarse el reconocimiento por parte del Consejo Nacional Judío de Estados Unidos, después de muchos años de silencio y el compromiso de hacerlo de Barak Obama, respondido con la amenaza del gobierno turco de cerrar sus bases a los aviones de la OTAN.
Mención especial merecen numerosas organizaciones internacionales de armenios dedicadas a la investigación histórica y jurídica, que, en los últimos años, han recopilado infinidad de documentos, fotografías, grabaciones y declaraciones escritas de gentes que sufrieron directamente el genocidio o lo sufrieron sus antepasados. En este aspecto destaca la investigación llevada a cabo por la Fundación Luisa Hairabedian, de Buenos Aires, y sus éxitos ante los tribunales en los que acreditaron el exterminio a manos de Turquía de cincuenta miembros de su familia. El juez argentino Néstor Oyarbide, basado en que los delitos de lesa humanidad no prescriben, dictó una sentencia que abre la vía jurídica a otras denuncias y reclamaciones y que dice así: “el Estado turco ha cometido el delito de genocidio contra el Pueblo Armenio, en el periodo comprendido entre los años 1915 y 1923, en el que fueron asesinadas millón y medio de personas mediante una “estructurada planificación exterminadora.”
ENTREVISTA CON GURRIARAN
José Antonio Gurriarán.En Madrid, y para que nos hable de su colaboración con el cineasta Robert Guediguian, localizamos al ex director del diario “Pueblo” José Antonio Gurriarán, al que habíamos entrevistado en otras ocasiones, primero en Armenia cuando recogía información para sus libros y se reunía con los antiguos responsables del disuelto ASALA, y después en Argentina, en cuya feria del libro habló en el pabellón de Armenia y en la presentación de la “Historia del pueblo armenio”, de Ashot Arzrunit por su hijo Rubén Sirouyan.
Por el boletín informativo de la Asociación Armenios de Madrid sabíamos que el escritor y periodista prosigue su actividad en defensa apasionada de los armenios y en denuncia del genocidio, a pesar de quebrantos recientes de salud, consecuencia del atentado que sufrió hace treinta años, y de una caída que le obligan a estrictos programas de rehabilitación y a andar en silla de ruedas. Hace meses intervino ante la Comisión de Exteriores del Senado Español presidida por Muñoz Alonso, junto con representantes de los partidos políticos mayoritarios de España y de la República de Armenia, para poner de relieve la cerrada posición de Turquía. En igual sentido habló en la presentación de la exposición que, sobre el genocidio, inauguraron en la capital española la Embajada de Armenia y la asociación “Armenios de Madrid.” Por otra parte mantiene contactos diarios con múltiples organizaciones armenias y anima a unos y otros a trabajar con la vista puesta en las efemérides del Centenario del Genocidio.
-Será una buena oportunidad para que el mundo fije su mirada en Armenia y en el genocidio de 1915…- le decimos.
-Una oportunidad única y posiblemente irrepetible -responde Gurriarán-, que no se puede desaprovechar, para que todos los armenios se movilicen en pro del reconocimiento, para que el mundo civilizado presione al gobierno turco y le fuerce a admitir, pública e inequívocamente, el brutal comportamiento de sus antepasados. Una gran oportunidad también para Turquía de corregir cien años de silencio cómplice y errores. Por diferentes contactos e informaciones y por lo que sale ya en Internet tengo la impresión de que la movilización de los armenios de todo el mundo va a ser muy importante, entre las nuevas generaciones y en los ambientes políticos, religiosos, jurídicos y artísticos. Por otra parte cada vez son más los intelectuales turcos que, en línea con el Nobel de Literatura Orham Pamuk, disienten de la posición de su gobierno y defienden sin miedo el reconocimiento del genocidio.
— ¿Cree que la película de Robert Guediguian basada en su vida y otras que se anuncian con actores internacionales como Delón, Dustin Hoffman, etc contribuirán a ese reconocimiento?
— Por el guión, que tuvo la atención de enviarme Robert, y por las informaciones que me suministran él y su productor Marc Brodure, estoy convencido de que va a ser una película muy interesante, sería y didáctica. El guión es muy libre y, más que en mi actitud y escritos, está basada en el genocidio armenio, que es lo fundamental y que. como descendiente de armenios, el director marsellés conoce perfectamente.
— Le gustó el guión, ¿coincide con su interpretación del terrorismo, el ASALA y el genocidio?
— Me gustó mucho, tiene el sello del cine social y humano de Guediguian, unido a su conocimiento profundo del genocidio y de la diáspora armenia de la que forma parte. Y tiene la calidad del guionista Gilles Taurand, que vino a verme a Madrid, junto con Guediguian y el productor Marc Brodure. En el análisis del genocidio de 1915 y del ASALA creo que coincidimos. En otras cosas no es preciso, un buen guión camina por libre, entre otras razones porque el lenguaje literario y el cinematográfico son diferentes. Guediguian y Taurand el tema del terrorismo político lo tratan, a un tiempo, con valor y con delicadeza y lo enmarcan en las circunstancias históricas que lo propiciaron. Se reunieron con los antiguos miembros y dirigentes del ASALA, recorrieron Armenia, repasaron sus hechos históricos…En cierto modo hicieron lo que yo. El guión me recuerda el “Munich”, de Steven Spielberg: la búsqueda y ajusticiamiento de los responsables de una matanza, el mundo cerrado de los grupos armados. El origen judío de Spielberg y el armenio de Guediguian, contribuyen a los paralelismos
— ¿En qué temas?
-Una película no se debe contar, pierde interés. Solo te diré, porque ya lo ha declarado Guediguian, que el guión de “Histoire de Fou” comienza con verismo histórico y fuerza dramática: la ejecución por un joven armenio de Taleat, Pacha uno de los tres ministros turcos responsable de la planificación del genocidio. Quizás el máximo responsable, porque era el ministro de Interior.
— ¿Crees que el filme se verá en Turquía?
— Ojalá, indicaría un cambio muy positivo del gobierno turco, pero me temo que no lo autoricen. En este país están prohibidas la mayor parte de las películas que se han filmado sobre el genocidio armenio. En primer lugar “Los cuarenta días del Musa Dag”, hasta ahora las gran película sobre el genocidio, basada en la novela de Franz Werfel. Por otra parte la movilización del pueblo armenio y de los que simpatizamos con él, para qué se conozca y reconozca su tragedia, es hoy muy importante y lo será más en 2015, el año del Centenario. Sin duda contribuirá mucho a ello la película de un descendiente del genocidio como Guediguian, que está haciendo un filme históricamente riguroso y veraz y cinematográficamente atractivo.
ENTREVISTA CON GUEDIGUIAN
Antes de viajar a Líbano para rodar Guediguian respondió a siete preguntas que sobre el tema le hizo el periodista argentino Cristian Sirouyan:
1. ¿Cuàl es la principal motivaciòn que lo llevò a filmar «Une histoire de fou»? ¿Siente como un mandato ancestral la necesidad de crear una obra que refeje la gran tragedia armenia de 1915?
Si, por supuesto: mis orígenes, el centenario del genocidio…pero sobre todo hacer una película sobre lo que la humanidad aun no consigue pensar/admitir, es algo que me preocupa desde hace muchos años. Mi madre es alemana, mi padre armenio, mis raíces son las de un pueblo «genocidiado» y un pueblo «genocidiario».
2. ¿Què informaciòn recibiò usted sobre la suerte corrida por sus propios familiares durante el genocidio?
Muchos relatos atroces: la hermana de mi abuelo se defenestro, uno de mis tíos abuelos vivió durante 4 años en el desierto, rescatado por los beduinos…Recuerdo especialmente una tía abuela que cruzó el desierto de Deir Zor. Ella tenía 6 años y algunas joyas de su familia habían sido cosidas en su cinturón para ocultarlas. El cinturón pesaba mucho, y ella se peleaba con su madre para que se lo quitara. Nunca volvió a ver a su madre y luego se arrepintió de haber tenido esa actitud con ella.
3. ¿Què aspectos de la historia de vida de Gurriaràn le impresionaron especialmente?
Muy claramente, yo tengo mucha admiración y estoy lleno de respeto ante la actitud del Sr.Gurriarán, que en mi opinión es la única actitud correcta en cualquier situación. Quiso comprender antes de juzgar…Y también me dio el punto de vista de la película, el de la víctima inocente.
4. ¿Cree que esta pelìcula puede ayudar a revertir la historia oficial relatada desde hace casi un siglo por el Estado turco, con la complicidad de las grandes potencias?
En cualquier caso tomará parte en esta lucha, espero que su impacto sea lo más importante posible.
5. ¿Tuvo alguna incidencia o colaboraciòn para la pelìcula la comunidad armenia de Francia?
Sí, la comunidad armenia espera esta película con mucho entusiasmo y nos ayudó con los decorados, la documentación, los extras…
6. ¿Còmo reaccionaron las autoridades y el pùblico de Armenia cuando se enteraron de su proyecto de filmar «Une histoire de fou»?
La minúscula república de Armenia hoy independiente apoya directamente el rodaje a través del Ministerio de la Cultura y nos ayudó cuando rodamos una semana en abril en Ereván durante las conmemoraciones del 99 aniversario del genocidio.
¿Què perspectivas tiene de cara al centenario del Genocidio? ¿Es optimista con algùn avance importante en el reclamo de reconocimiento oficial por parte de Turquia?
El último discurso del presidente turco Recep Erdogan al respeto no es muy alentador. Pero como decía Gramsci,»hay que combinar el pesimismo de la inteligencia con el optimismo de la voluntad.»Llegará el día…
DECLARACION DE INTENCIONES
Con este título, el director de Une histoire de fou explica cómo y cuándo le surgió la idea de hacer su película y qué pretende con ella:
“Desde hace mucho tiempo yo pensaba hacer un filme sobre la tragedia armenia…Como una obligación, una responsabilidad…Pero eso me parecía imposible, más que por la documentación más cercana por la naturaleza del trabajo teórico.
Fue entonces al conocer la historia de José Antonio Gurriarán, un joven periodista que estuvo a punto de perder sus piernas después de un atentado cometido por armenios, en 1980 en Madrid, cuando se me apareció la posibilidad de una ficción..
José Antonio Gurriarán ha buscado para reencontrarse con los autores de la bomba que le paralizaron. Para sobrevivir ha querido comprender, es decir etimológicamente buscar los lazos comunes entre la causa y los efectos. Se ha convertido hoy en el principal defensor del genocidio armenio en España y ha escrito dos libros sobre la causa armenia.
Yo había encontrado a una persona alcanzada en su cuerpo por un conflicto no resuelto y que le era desconocido del todo. Esto me permitió universalizar, gracias a esta encarnación, la cuestión del reconocimiento del genocidio armenio que concierne, por supuesto, como todos los genocidios, a la humanidad entera.
La negación, el ocultamiento de la historia son siempre consustanciales con la actuación de los genocidas. La historia, como se sabe, está escrita siempre por los vencedores. A los vencidos solo les queda la fría memoria. Nosotros tratamos de hacer también la historia de esa memoria.
Mi intención es transparente, más clara que nunca. Yo hago este filme para exigir el reconocimiento oficial del genocidio armenio, perpetrado por el Estado turco en 1915.
La pesadilla del Estado de Turquía, después de un siglo de empeño, ha conseguido que la herida siga abierta. Yo lo lamento en este centenario con la única arma que poseo, el cinema.
Robert Guediguian.”
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